En un post anterior, sobre algunas claves de la sal marina, os contábamos cómo se forma la sal marina y en esta ocasión queremos contaros cómo se realiza la recolección de este mineral o, como nosotros lo llamamos, la cosecha de la sal.

La verdad es que tomamos prestado este nombre del mundo agrícola porque el proceso es similar y la maquinaria empleada también.

Vaciado de la laguna

La sal que se ha ido formando en el fondo de las lagunas donde cristaliza (llamadas cristalizadores) está cubierta por una capa de agua. Por tanto, lo primero que debemos hacer es vaciar esta salmuera (se trata de agua del mar con mucha sal en suspensión como consecuencia del proceso de evaporación continua que se produce en las lagunas). Tras el vaciado, la dejaremos secar unos 3-4 días para poder comenzar con la recolección.

cosecha de la sal

Corte de la capa de sal marina

Mediante la acción de un tractor equipado con un rotovator (eje cubierto con cuchillas rotativas) se consigue separar la dura capa de sal marina del lecho arcilloso de la laguna.

El sistema de corte va guiado por un nivelador láser (colocado en el perímetro de la laguna) que envía continuamente una señal a un receptor montado en el tractor. El receptor va conectado al sistema hidráulico del rotovator para regular con precisión hasta donde han de profundizar las cuchillas. Con este sistema se evita remover el fondo (que ensuciaría la sal) ya que se deja un trozo de la capa de sal sin cortar, a modo de margen de seguridad, consiguiendo así una sal siempre limpia y de calidad óptima.

El rotovator, tras el corte, levanta la sal marina y, ayudado de unas guías, va formando un caballón (un pequeño montículo) en su avance que será recogido por la cosechadora. Un operario va realizando inspección visual de la sal para eliminar pequeñas piedras o impurezas que pudieran aparecer.

Entra en acción la cosechadora

La cosechadora recoge la sal marina depositada en forma de caballones mediante un tornillo sin fin. Va equipada además con una pequeña cinta transportadora para llenar el volquete o “dumper” que la acompaña siguiendo su avance. Como el llenado se realiza muy rápidamente, siempre debe haber un segundo dumper esperando para relevar el que ya está completamente cargado de sal marina.

Transporte y almacenaje

Los dumpers transfieren la sal recogida, mediante una cinta transportadora, elevándola hasta los camiones que se encuentran en los caminos que rodean a la laguna, los cuales cuentan con una capacidad de carga de hasta doce toneladas. Con ello se evita que la maquinaria que circula por dentro del cristalizador salga del mismo durante la recolección, garantizando así la limpieza de la sal.

Los camiones descargan la sal marina en unas tolvas para pasar a la fase del lavado, tras el cual será almacenada mediante la acción de una cinta transportadora y un apilador. El resultado son dos grandes filas de montañas de sal marina de unos 12 metros de alto. Sin duda una estampa icónica del paisaje de Santa Pola.

 

el proceso de la cosecha de la sal